Fotografía: Cristina Lopez-Dóriga Juanes.

A finales de los años 60 un nuevo modelo de sociedad llegó a las zonas rurales en algunos puntos de los Estados Unidos. Muchas personas salieron de las grandes ciudades y decidieron formar sus familias en estos emplazamientos construidos desde cero. Aparecieron centros comerciales, aparcamientos y miles de casas con jardín muy parecidas entre si, en urbanizaciones diseñadas al milímetro que parecen de ciencia ficción vistas desde el aire. En esta nueva cultura que se estaba creando el coche era el único medio de transporte y las autopistas fundamentales para llegar a tiempo al trabajo en la ciudad.

La nueva América rural de clase media acomodada fue fotografiada magistralmente por gente de la talla de Robert Adams o Lewis Baltz, documentos que ya forman parte de la historia del medio. Colorado fue uno de los estados en los que la transformación fue más evidente y por lo tanto mejor documentada.

Pero no se construyó sobre tierra salvaje. Antes de la llegada de las excavadoras había pueblos, bares, camionetas… una vida rural de carreteras secundarias más ligada a las tradiciones.

Muchas de estas fotografías muestran lo que se resistió a esa modernización. Pueden verse las texturas que el tiempo añade a la madera de las casas y a la chapa de los coches. Las carreteras casi vacías continúan conectando a los habitantes de estas tierras y los caminos siguen siendo un patio de juego para algunos niños.

Parece que a estas personas el mito del sueño americano les ha pillado despiertos.